Sinopsis de Dolor humano, pasión divina
Dolor humano, pasión divina contiene un sorprendente hallazgo: la poesía mística completa de una de las primeras y más destacadas escritoras en lengua castellana: Ana Ramírez de Arellano / sor Ana de la Trinidad, monja carmelita de origen riojano muy influida por la lectura de las obras de fray Luis de León, santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz. Atribuida la autoría de sus diecinueve sonetos a su «maestra» y abadesa Cecilia del Nacimiento, su poesía pasó inadvertida durante años, siendo únicamente conocida en círculos religiosos muy restringidos, a pesar de tratarse de composiciones riquísimas tanto en sus aspectos formales como en su contenido místico, además de un inmejorable ejemplo de la literatura de su tiempo.
Sor Ana de la Trinidad
(Alcanadre, 1577)
Ana Ramírez de Arellano es una gran desconocida de las letras españolas, pese a tratarse de una de nuestras más notables escritoras. Hija de una de las familias más influyentes de su época —una de las varias ramas de los Ramírez de Arellano—, su padre fue el señor de Alcanadre, Ausejo y Murillo de Río Leza y su tío, señor de los Cameros. Mujer de grandes inquietudes religiosas, de buena formación y muy aficionada a la lectura, adquirió de manera autodidacta importantes conocimientos de música, latinidad y aritmética. A principios del siglo xvii ingresó en el convento recién creado por la orden carmelita en Calahorra, bajo la dirección de la escritora y priora Cecilia del Nacimiento, quien la orientó y le enseñó las formas poéticas de la literatura mística. Murió a la temprana edad de treinta y seis años, habiendo previsto ella misma el día de su muerte.